El tema de las relaciones de pareja de los hijos e hijas adolescentes siempre ha sido un tema controversial, incluso hay que decirlo, en la mayoría de nuestros hogares genera gran conflicto y tensión. Las discusiones más comunes se dan por la edad de nuestros hijos o hijas al iniciar una relación de pareja, por la edad de su pareja, por las responsabilidades académicas postergadas, por las cualidades de la persona que eligió, por la cantidad de tiempo que pasan juntos y por las salidas de pareja, siendo algunos de estos aspectos lo que convierte las relaciones de pareja de los hijos en un tema incómodo.
¡Auxilio, no entiendo las relaciones de pareja de hoy!
Uno de los mayores conflictos o disonancias que como padre de familia podrías estar enfrentando respecto a los noviazgos de los hijos e hijas tiene que ver con los cambios que han tenido los modelos de relación de pareja, esto porque la manera de vivir los noviazgos en tu época de adolescente era muy diferente a lo que sucede en este contexto. No lográs comprender como antes se requería el permiso de la familia para iniciar un noviazgo, incluso no asimilás como antes el conocimiento previo para iniciar una relación de pareja era hasta de meses, o bien como el compartir los besos con una persona era un asunto de tanta responsabilidad y “exclusividad”. Bueno en fin, la mala noticia es que los noviazgos si han cambiado, las reglas son diferentes y por eso se requiere una interpretación adecuada de lo que está sucediendo con el fin de garantizar una intervención oportuna y efectiva por parte de los padres de familia, la cual permita cuestionar los nuevos paradigmas de relación que asustan y alarman; sólo que para lograrlo se debe intervenir desde la capacidad de influencia no desde el temor que paraliza. ¿Desde dónde vas a influir en tus hijos e hijas?
¡Si nadie te enseñó a ser mamá o papá, mucho menos a ser suegro o suegra!
En la maternidad y la paternidad la mayoría de aspectos se aprenden en el día a día, sin embargo, hay un rol que lo hacemos consciente hasta que la vida nos enfrenta a una etapa de los hijos: sus noviazgos. Es hasta este momento donde conocés un aspecto de sí mismo o de tu pareja, ¿cómo se asume el rol de suegro o suegra?. En ocasiones hay quienes muestran cualidades nunca antes vistas, las cuales sorprenden a los demás pues asumen el rol desde los temores personales, las carencias, las propias y malas experiencias, los prejuicios o hasta los rumores.
Cuando tus hijos e hijas te dicen: ¡Felicidades papi y mami, ya son suegros!, ingresás a otro mundo, un mundo que puede resultar desconocido y algo confuso, por lo que necesitás de tranquilidad y claridad. La pregunta que surge es ¿cómo estás viviendo tu rol de suegro o suegra?
¡Es imposible huir a una de las dimensiones de la maternidad y la paternidad: Ser suegro o suegra!
Muchos padres de familia comentan abiertamente su interés en evitar o postergar la llegada de su rol como suegro o suegra, sin embargo, esto es una tarea improbable, ya que los hijos e hijas no son seres asexuados y la atracción por el sexo opuesto será imposible de reprimir. Hay quienes tienden a negar el permiso o autorización a sus hijos e hijas de iniciar un noviazgo pensando inocentemente que su instrucción será atendida, incluso prohíben la relación de amistad con la potencial pareja del hijo o hija, o bien acuden a las amenazas de eliminación de privilegios, aspectos que dicho sea de paso son poco o nada eficientes, pues el inicio del establecimiento de las relaciones de pareja de los hijos e hijas está determinado por factores bio-psico-sociales, en palabras más sencillas, ningún padre de familia puede detener el despertar hormonal de los hijos e hijas, ni mucho menos reprimir sus emociones como la atracción. Respóndase honestamente ¿ya has aceptado que serás suegro o suegra?
¿Le doy permiso o no le doy permiso para su noviazgo?: Eh ahí el dilema
Está pregunta compleja cuya respuesta va a depender de la visión particular de cada padre de familia, de su propia dinámica familiar, de sus expectativas, de sus reglas internas y familiares, entre otras, nos llevan a asegurar que la autorización a los hijos e hijas para que inicien una relación de noviazgo será particular, es decir, no existe una fórmula desde la cual se pueda responder, sin embargo, si plantea un desafío, que coloca a los padres de familia en la posición de acompañar a sus hijos e hijas, esto con el fin de conocer lo suficiente si su madurez emocional y cognitiva es la adecuada para que puedan establecer una relación de noviazgo sana y significativa, es decir, para responder a esta pregunta se requiere de un conocimiento pleno de los hijos e hijas y ahí es donde toma importancia el acompañamiento.
Recordemos que los extremos son peligrosos, por un lado el convertirse en un padre de familia tan moderno que tiende a ser liberar
en estas decisiones de sus hijos e hijas, puede colocar a los hijos en una posición de vulnerabilidad y de riesgo al enfrentar situaciones que no están preparados a manejar, pero a la vez si nos colocamos en el extremo del ¡no podés tener novio hasta que tengás 30 años!, le robará a los hijos e hijas el aprendizaje de que un noviazgo bien canalizado aporta en el crecimiento personal, me refiero a la formación de valores como el compromiso, la responsabilidad, el respeto, la lealtad, la solidaridad que combaten y eliminan el egoísmo que fomenta nuestra sociedad actual, lo que se suma a la posibilidad de estimular las habilidades sociales específicamente las relacionadas a una comunicación asertiva y a una resolución efectiva de conflictos, siendo algunas de las lecciones que puede sumar una relación de noviazgo sana, por lo que satanizar los noviazgos no es una adecuada estrategia….
Responda honestamente, ¿estás acompañando a tus hijos o hijas con el fin de conocerles lo suficiente en su nivel de preparación y madurez para su futura relación de noviazgo?; no olvides esto es parte de tu misión, lo que a la vez te permitirá tener una respuesta acerca del momento para decir sí o no ante el noviazgo de los hijos e hijas, ánimo en esta decisión personal y familiar.
Herramienta recomendada
¿Te has preparado para recibir la noticia de que ya te convirtieron en suegro o suegra? . Sabemos que las relaciones de pareja de los hijos e hijas puede convertirse en una experiencia cargada de tensión, por lo que este módulo de recursos en audio y video pretende brindarte herramientas que faciliten la influencia sobre los hijos e hijas en su afectividad y en sus relaciones de pareja.


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