10 Tips para hablar con sus hijos acerca del alcohol
Quienes vivimos en Costa Rica hemos visto como el tema del alcohol y el volante se ha convertido en un tema político como muchos otros; pasan los meses y nuestros diputados no logran atinar respecto a la famosa y tan discutida ley de tránsito ni mucho menos al tema de la ingesta de alcohol y sus multas. Mientras esto sucede surge una nueva propuesta por parte de un sector de la sociedad (¿o será del propio Gobierno?), la cual plantea educar a la población en el tema de la ingesta controlada de alcohol, planteamiento del cual surgen algunas dudas:
¿Está usted de acuerdo como padre de familia para que a sus hijos le enseñen a tomar alcohol con moderación?, ¿Está usted listo para escuchar de parte de sus hijos “papi, mami ya sé tomar alcohol?. Si bien es cierto suena controversial el tema, lo verdadero es que si usted no decide conversar con sus hijos acerca del tema del alcohol otras personas lo harán y tal vez los argumentos no serán los más atinados.
Esta campaña que se desea implementar, me hace recordar lo que viví desde mi profesión como consejero juvenil y psicólogo hace más de 14 años cuando apenas surgía la posibilidad remota de conversar del tema de sexualidad con grupos de adolescentes en escuelas, colegios, comunidades, pastorales juveniles, redes o sociedades de jóvenes cristianos; lo que provocaba que algunos padres de familia se alarmaran, evidenciando el temor de que sus hijos fuesen amenazados por nuevas corrientes de pensamiento, las cuales no pudieran refutar al existir carencias en la formación respectiva.
Si bien es cierto la comparación puede generar disonancia, pues eran otros tiempos y otro tema, nuevamente los fenómenos sociales, en este caso el alcoholismo, desafían a los padres de familia a tener planteamientos al respecto. Es así que mi deseo con este artículo se enfoca en que realmente podamos trascender con argumentos más allá del “legalismo” tradicional, que dicta “es malo y punto, no se hable más”, y podamos brindar a nuestros adolescentes argumentos de vida reflexivos que se alineen con los principios fundamentales.
Desde hace muchos años estos programas de ingesta de bebida controlada se han promovido desde la psicología como una alternativa para aquellas personas que han desarrollado niveles de dependencia física y psicológica hacia el alcohol, siendo una opción para algunas personas que testifican que han aprendido a tomar licor de una manera moderada, sin embargo, ¿será esta la solución?.
Sabemos que el alcoholismo afecta no sólo a quien lo ingiere, sino a su familia, a su comunidad y al propio Estado, siendo reconocida hoy en día como una enfermedad y no como una condición inmoral como hace muchos años se interpretada, no obstante, a pesar de los costos a la salud y la convivencia familiar y comunal, la ingesta de alcohol es una actividad que genera grandes utilidades a cientos de personas que logran mes a mes cubrir su presupuesto personal y familiar gracias a la ingesta de alcohol de millones de personas en el mundo, sea una ingesta moderada o descontrolada, lo que plantea el dilema para algunas sociedades o sectores ¿será el alcohol un mal necesario?.
Los 10 tips no son fórmulas, son recomendaciones:
1. No tenga temor de hablar del tema, se vale decir “no sé, voy a averiguar al respecto”
2. Amplíe la definición de moderación que transmiten las campañas televisivas, pues moderación no sólo es evitar los excesos, también es usar la razón para sujetar los sentidos y para eso se requiere fortalecer el carácter. Tenga cuidado porque la moderación es arma de doble filo.
3. Infórmese sobre los efectos del alcohol, especialmente sobre el factor adictivo que opera químicamente en las neuronas, el cual ha generado dependencia en tantas personas. No olvide que todo aquello que produce placer o aliviana la tensión puede convertirse en un comportamiento adictivo, que integra compulsión y obsesión.
4. Recuérdele a sus hijos que la vida es para experimentarla libremente, por lo que todo aquello que pueda robar la libertad es un enemigo del ser humano. Cada quien es responsable de velar por esa libertad y el alcohol te roba la libertad de manera progresiva.
5. Construya con sus hijos una lista de consecuencias positivas y negativas de la ingesta del alcohol y permita que sus hijos argumenten de los pro y los contra, esto a la vez le permitirá conocer el criterio de sus hijos e intervenirlo.
6. Discutan acerca del propósito de la ingesta del alcohol, pues en ocasiones hay personas que lo ingieren y no reconocen ni sus propias motivaciones. Analice que no existe una razón de peso para ingerir alcohol y la mayoría de motivaciones que se expresan no son razones son excusas.
7. Converse con su hijo e hija acerca de la presión social que en ocasiones se experimenta directa e indirectamente respecto a la ingesta de alcohol. Refuerce la valía de sus hijos de manera tal que no ingieran alcohol por búsqueda de aceptación de sus pares o para creerse socialmente más eficaces.
8. Reflexione con sus hijos acerca de la posibilidad y el derecho que existe de decir No, especialmente cuando mis valores y convicciones están amenazados ante el significado social que se le otorga a la ingesta de alcohol: “es divertido”, “es de hombres”, etc.
9. Es importante que sus hijos comprendan que ante los problemas personales que todos experimentamos no es necesario utilizar mecanismos de escape como el alcohol, al contrario todo problema es una oportunidad para considerar a Dios en nuestras vidas. Sus hijos pueden hacer un inventario de recursos, buscar el acompañamiento adecuado, expresar sus sentimientos más profundos y escribir al menos tres soluciones ante el problema en lugar de buscar un escape en el alcohol.
10. No se centre en lo bueno o malo del tema, céntrese en como las decisiones pueden ser convenientes o inconvenientes, por lo que deberá llevar a sus hijos a ver las consecuencias de sus propias decisiones. No olvide, todo me es permitido, pero no todo me conviene…